Son dispositivos de titanio que sustituyen a la raíz de un diente perdido. Tiene forma roscada y su superficie está tratada para producir un fenómeno de osteointegración, en el cual el hueso "crece" alrededor del implante.
Evaluamos la cantidad de hueso disponible, así como la calidad del mismo. Nos permite seleccionar el implante más adecuado o realizar técnicas regenerativas donde la cantidad de hueso sea insuficiente.
Un implante se considera unitario cuando reemplaza a un solo diente; bien por la pérdida del mismo (golpe, caries, fractura de la raíz, consecuencias de un proceso quístico...) o por agenesia (nunca existió).
En algunos casos, la ausencia de piezas es generalizada o total. Podemos reponer grandes tramos usando dos o más implantes, incluso todos los dientes aumentando el número de implantes según cada situación.
Cuando es imposible la conservación de un diente se puede planificar su extracción y la colocación de un implante a la misma vez, evitando o minimizando la reabsorción ósea que se produce después de la extracción de un diente.
En algunos casos, cuando la estabilidad primaria (estabilidad del implante el día de su colocación) es alta, podemos colocar el implante y la prótesis el mismo día.
Se consideran implantes cortos aquellos por debajo de 8 mm de longitud. Permiten resolver situaciones clínicas complejas con poca visibilidad ósea evitando procedimientos quirúrgicos más complejos de una forma sencilla, económica y rápida.
En ocasiones los implantes se pueden ver afectados por infecciones bacterianas originando la pérdida de hueso alrededor de los implantes (periimplantitis) o la inflamación de la mucosa alrededor de los implantes (mucositis periimplantaria). Esta situación requiere tratamiento.
Hoy en día disponemos de procedimientos y técnicas regenerativas capaces de formar hueso donde antes no lo había. Por ello, si un paciente necesita implantes para la rehabilitación de su boca y la cantidad de hueso existente es insuficiente, podemos aumentarlo y proceder a la colocación del implante.
Se colocan entre 4 y 8 implantes dependiendo de factores clínicos y se ponen todas las piezas que faltan sobre los implantes.
Puede hacerse con materiales cerámicos o resina. El trabajo queda fijo, el paciente no puede quitarlos y van atornillados a la cabeza de los implantes. Es la mejor solución.
Se colocan de 2 a 4 implantes con unos aditamentos que proporcionan mucha fijación a las prótesis completas.
Es una opción muy válida que proporciona calidad de vida. El paciente puede quitarse la prótesis pero tiene la suficiente retención para mantenerse a la hora de comer, hablar, reír... etc.
Por un proceso biológico conocido como Osteointegración, mediante el cual el organismo establece una conexión directa entre el hueso y la superficie del implante. Cuando se ha producido la osteointegración el implante se encuentra firmemente unido al hueso y puede soportar una prótesis para hacer frente a todos los requerimientos funcionales y estéticos como si se tratase de un diente natural sano.
1. Cuando hay que reponer dientes con estabilidad similar o incluso superior a la de los dientes naturales perdidos, evitan usar dientes adyacentes. Rehabilitar la boca funcional y estéticamente con calidad y precisión.
2. Cuando hay que obtener un anclaje para las prótesis dentales móviles, aportando la estabilidad necesaria para dar confort y seguridad, como si fueran prótesis fijas.
3. Cuando hay que conseguir que el hueso de los maxilares mantenga su función y no pierda volumen por reabsorción, evitando el deterioro de los tejidos y el aspecto de cara envejecida por formación de pliegues y arrugas.
4. Cuando es necesario el uso de anclajes que permitan efectuar otros tratamientos como los ortodónticos u ortopédicos y que de otra forma, en ocasiones serían imposibles de realizar.
Mediante un implante dental puede ser rehabilitada la pérdida de un diente natural sin necesidad de utilizar o tallar los dientes adyacentes sanos, cuestión inevitable, sin embargo, si se opta por la colocación de un puente apoyado en los dientes. Sobre el implante se adapta una corona unitaria o independiente, que puede ir cementada o unida al implante mediante un pequeño tornillo invisible. Con ello la apariencia natural y las funciones masticatorias y de fonación quedan totalmente restauradas sin tener que apoyarnos en dientes adyacentes.
Cuando se han perdido varios dientes y el tramo sin diente es pequeño, se pueden reponer las ausencias mediante una prótesis fija denominada puente, que puede ir apoyada en sus dientes naturales. Si se desea evitar tallarlos, es más aconsejable colocar varios implantes en el tramo sin dientes y sobre ellos apoyar el puente. Hoy por hoy los implantes constituyen la opción más aconsejable; pues no se tallan los dientes para soportar una prótesis, no se sobrecargan los dientes... y mantiene el volumen óseo y de los tejidos blandos.
La rehabilitación bucal de una persona que ha perdido todos sus dientes puede realizarse mediante una prótesis completa; pero presenta una serie de inconvenientes:
1. Pérdida de estabilidad, ajuste y retención que ocasiona movilidad, dificultad masticatoria e inseguridad.
2. Reabsorción lenta pero continuada del hueso alveolar de los maxilares.
3. Llagas en zonas de roces.
4. Pérdida del gusto y cambios en el sabor de los alimentos.
5. En algunas personas puede producir náuseas.
Mediante la colocación de un número variable de implantes dentales se puede adaptar una prótesis estable e incrementar el confort y la seguridad. Se puede usar una prótesis fija (retirada únicamente por el dentista) o una sobredentadura (puede ser desmontada por el paciente) que asegura una gran estabilidad cuando está colocada.
En la gran mayoría de las ocasiones se realizan con anestesia local, igual que otros muchos tratamientos odontológicos y sólo se percibe el ruido de los instrumentos y sensaciones de presión. En el postoperatorio puede presentarse inflamación de la zona operada y hematoma. Estos fenómenos no representan ningún problema y son el reflejo de la reacción reparadora de los tejidos tras la intervención. Nuestro equipo implantológico le recomendará la mejor manera de efectuar el tratamiento y le ayudará a evitar las molestias tras la colocación de sus implantes.
Depende de la causa de la pérdida de los dientes. En el caso de existir infección es aconsejable esperar un tiempo a la normalización del lecho óseo, pues de lo contrario, puede comprometerse la fiabilidad del tratamiento. Si no hay infección, se pueden colocar los implantes en la misma sesión.
Algunos de los factores que pueden perjudicar a este proceso son:
1. Las infecciones: los pacientes con higiene bucal descuidad y, sobre todo aquellos que sufren enfermedades periodontales, tienen mayor riesgo de poder sufrir contaminaciones bacterianas de los implantes.
2. Las cargas sobre los implantes: con frecuencia, las fuerzas aplicadas sobre los implantes pueden interferir con el proceso normal que conduce a la integración entre implante y hueso.
3. El hábito de fumar: los fumadores tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones, ya que los elementos nocivos del tabaco afectan al proceso normal de osteointegración. La mayoría de las complicaciones de los tratamientos realizados con implantes dentales se han en este tipo de pacientes.
Aunque en la mayoría de las ocasiones los implantes se realizan según el procedimiento descrito anteriormente, en ocasiones se presentan casos en los que las alteraciones en la calidad o cantidad del hueso o de la encía requieren la realización de técnicas dirigidas a solucionar estos problemas. Estos procedimientos, basados en la utilización de injertos, persiguen lograr incrementar la cantidad y calidad del tejido del paciente en zona que va a ser intervenida, para hacer posible la colocación de implantes en casos donde, sin estos tratamientos, sería imposible.
Los tratamientos mediante implantes han demostrado ser poseedores de un elevado grado de seguridad. Dicha seguridad se basa en la existencia de unos protocolos de control y mantenimiento exhaustivos. La necesidad de establecer la adecuada vigilancia y los cuidados de mantenimiento periódico se ve justificada para evitar tanto contaminaciones bacterianas como los posibles desajustes de las prótesis por el desgaste que la función y el paso del tiempo pueden ocasionar. Las revisiones de mantenimiento van dirigidas a controlar la evolución de los resultados del tratamiento a lo largo del tiempo, detectando precozmente cualquier situación desfavorable que puediera ocasionar y actuando en consecuencia.
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